miércoles, 23 de febrero de 2011

Etapa 2: Obras Materiales e Inmateriales del Estado de Tamaulipas

Equipo 5


Tradiciones y Costumbres de Tamaulipas

Gastronomía

La abundancia de productos agropecuarios y del mar representa la fuente de la alimentación de los tamaulipecos desde tiempos ancestrales. Nuestra geografía es rica en expresiones culinarias: gorditas de horno y bocoles de El Mante, cabrito enchilado, discada, jaibas rellenas, huatape de camarón, atole de maíz de teja de Camargo, carne asada a la tampiqueña, gorditas huastecas, enchiladas tamaulipecas, atole de miel de maguey, vino mezcal de tuna, garrocha de lechuguilla, cabrito de gala, tortas estilo La Barda, chochas y jacubos, enchiladas de Tula, gorditas de don Pedro en Jaumave, gorditas Doña Tota en Victoria, ponteduro elaborado con maíz y piloncillo, chichimbré o el tradicional turrón elaborado en Tula, calabaza en tacha de miel de piloncillo y otros dulces regionales de Llera, langostinos en caldo o a la mantequilla en la Boca Toma de Gómez Farías, la machaca de El Encinal –con huevo o en caldillo–, y las asaderas de Jiménez y San Carlos –auténticos almuerzos norteños–, acompañados con jugo de naranja de las huertas de Barretal en Padilla, son apenas una muestra del buen comer en el noreste mexicano. La cocina de Tamaulipas se ingenia bien para presentar en la mesa, muchas veces en un solo platillo, los aromas del mar y del trópico, combinados el acuyo, el aguacate, el perejil y el cilantro con el camarón. El arte de cocinar, es sin duda, una de las cualidades de los tamaulipecos.

Tamaulipas, saberes y sabores. Ramos Aguirre, Francisco. Comisión Organizadora para la Conmemoración en Tamaulipas del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana, Gobierno del Estado de Tamaulipas. Ciudad Victoria, Tamaulipas, 2010, p. 9-14.

Viejos sabores de Tamaulipas. Ramos Aguirre, Francisco. CONACULTA, México, 2004, p. 21-39.

Música, Danza, Baile y Vestimenta

Franja fronteriza

Los bailes del norte de Tamaulipas (polka, redova y chotís), aunque derivados de una serie de estilos de origen polaco, escocés y checoslovaco, han sido asimilados por el pueblo que los adoptó como propios y les ha dado mayor movimiento y alegría, vibrando en ellos la personalidad y el carácter bravío y viril que se ve reflejado en el zapateado ágil y fuerte de los bailadores, así como en la gracia y coquetería de sus mujeres. Su música se ejecuta con el acordeón, bajo sexto, saxofón y contrabajo, los cuales hacen que resulte inconfundible. La vestimenta del folklore norteño femenino es confeccionada en tela de algodón a cuadros o floreada; blusa y falda incluyen ornato a base de encajes, olanes y pasalistones; y en la cabeza una larga trenza con listones o una mascada en el color del vestido. En el caso de los varones se estila el pantalón vaquero en color oscuro (tergal o mezclilla), camisa vaquera, paliacate o mascada, botín y sombrero norteño de fieltro de color oscuro.1

Sierra de San Carlos y Llanos de San Fernando

La música y baile típico de esta región se conoce como “picota” y tiene su origen en la Villa de San Carlos, enclavada en las serranías que sirvieron de refugio a los grupos indígenas que huían de los colonizadores. La palabra picota significa “palo alto” o “columna”, donde se exponía a la vergüenza pública a los reos al compás marcial del tambor y clarinete. Al paso del tiempo el pueblo adopta esta música, acoplándola a los ritmos alegres y movidos característicos de nuestro estado. Los instrumentos que se utilizan para la ejecución de este género son el clarinete y la tambora, mismos que bastan para despertar el gusto de los bailadores.1

La danza que la acompaña tiene reminiscencias mestizas. En la región, para anunciar la fiesta, los músicos suben desde temprano a tocar al cerro y el sonido penetrante e intenso anuncia a los habitantes que la fiesta va a principar. Todos se sienten invitados. 2

En el caso de la vestimenta de esta zona, se confecciona desde su inicio en tela de manta. La mujer lleva cuello “v” y manga corta, con el largo de la falda hasta el tobillo; una banda en la cintura que termina con un moño en la parte e atrás y aplicaciones sobre el vestido que suelen ser de listones de color con grecas; asimismo, se estila una larga trenza y flores blancas de Nacahua. Por su parte, el hombre lleva unos cordones en la parte del cuello de la camisa y porta una banda en la cintura del color del vestido de la mujer. Ambos pueden usar huaraches o bailar descalzos.1

Huasteca

En la Huasteca tamaulipeca, como en el resto de las Huastecas –Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Querétaro e Hidalgo-, existe una música singular y representativa: el huapango, una variedad del son. Es música para bailar, contar anécdotas, pedir aguinaldos en Navidad, burlarse con humor y lanzar pullas a los enemigos. Es música para bailar sobre una tarima de madera.2

Dentro del amplio contenido en huapangos con que cuenta nuestra región Huasteca existen sones característicos para trovar en los que destaca la languidez del violín, y el acompasado ritmo de la jarana y guitarra quinta, que integrándose a la entonada voz del trovador, despierta la sensibilidad de quien lo escucha. Por su parte, los trovadores huastecos nos subliman con la belleza de sus trovos y el léxico característico de la región, haciendo gala, en la versificación de cada una de sus décimas, de una maravillosa e inigualable capacidad poética innata. En esta región varían las telas utilizadas para la confección del traje regional: el traje tipo campero es de tela de algodón por ser el utilizado para la zona de la costa; el traje ranchero es una combinación de tela de algodón cómoda para el trabajo pero también lleva una chamarra de cuero, para soportar las inclemencias del tiempo; por último, el traje de gala es confeccionado en cuero y se utiliza para asistir a eventos sociales.1

1 La música, el baile y la danza folklórica en Tamaulipas. Rocha Juárez, Martha Martina. Conaculta-PACMYC-ITCA, s/f, p. 18-44.

2 Tamaulipas. El perfil de un nuevo siglo. Pariente Fragoso, José Luis y Navarro Leal, Marco Aurelio, coordinadores. Universidad Autónoma de Tamaulipas, Ciudad Victoria, Tamaulipas, 2006, p.386-387.




Festividades

Festividades religiosas de las Sierras del sudoeste

Las festividades religiosas inician en el mes de febrero con el Día de la Candelaria, pasan a marzo con el Santoral de San José, siguen con el mes de mayo, cuando se celebran dos festividades, primero el Día de la Santa Cruz, y segundo a San Isidro Labrador. Subsecuentemente, en junio y julio, otras dos festividades, a San Antonio de Padua y a la Virgen de San Juan; los Dulces nombres de Jesús y la Virgen del Carmen. En agosto, a Nuestra Señora de las Nieves. En octubre, tres festividades más, a San Francisco de Asís, la Virgen del Rosario y San Judas Tadeo. Por último, en el mes de diciembre, tres más, a la Virgen de la Inmaculada Concepción, a la Virgen de Guadalupe y la Noche de Navidad, cuando realizan en esta última las tradicionales pastorelas.

Campesinos de Tula, Jaumave, Palmillas, Bustamante y Miquihuana, suplican a los santos patrones y patronas la fertilidad de sus tierras, con la llegada de las lluvias, dedicándoles con mucha fe y devoción las festividades y las danzas tradicionales. Los danzantes de a pie portan en la mano derecha una sonaja y llevan en el pecho un espejo en forma de corazón, bordado con lentejuelas. Los danzantes de a caballito utilizan un huacal que simula un caballo, el cual se construye con madera de chaparro o de mimbre, y es recubierto con una tela blanca en forma de ruedo; posteriormente se le cuelgan una serie de materiales, entre los que resalta un machete de madera que representa la espada. El pantalón y la camisa del Viejo de la danza están hechos de jirones de tela; este personaje utiliza una máscara para cubrirse la cara. La vestimenta de la Malinche es un vestido blanco de primera comunión; en la cabeza le colocan una corona tipo velo de novia bordado y, en ocasiones, lleva una sonaja.

Diagnóstico sociocultural del suroeste (cuarto distrito) de Tamaulipas. González Sotero, Baldomero. CONACULTA, PACMYC, ITCA, Congreso del Estado de Tamaulipas y Gobierno del Estado de Tamaulipas. Ciudad Victoria, Tamaulipas, 2008, p. 32, 73-75.

Traje Típico

Hay una prenda de vestir con la que en todo México se identifica a los tamaulipecos: la cuera. Es un artículo que a lo largo y ancho del estado se usa como prenda de gala para asistir a una fiesta, para bailar y tocar música o para un desfile. Se le puede ver tanto en Ocampo como en Tampico, Ciudad Victoria, Matamoros, Reynosa o en Nuevo Laredo; es, sin lugar a dudas, el vestido típico tamaulipeco.

Ramón Mendoza, artesano de Tula, nos narra el origen de esta prenda tan singular, con filigrana de cuero y barbas en las mangas, pecho y espalda: “Anteriormente se le llamaba cotón; era una chamarra lisa, larga hasta el suelo, exclusivamente para los vaqueros. La hacían de gamuza de venado pero la hacían para el campo, para protegerse de las ramas, y de ahí nació la idea de hacerle una al general Alberto Carrera Torres, pero ya con algunos adornos; en ese tiempo no se ponían las barbas que ponemos ahora. Esa primera cuera la hizo el papá de mi suegro, el capitán Rosalío Reina, que fue compañero revolucionario del general; dice mi mujer que la hizo en plena sierra: donde andaba ahí cargaban la máquina. Los dibujos los tomó de las flores silvestres del campo y de ahí para acá se ha venido estilizando a través de tanto tiempo. No tengo una fecha exacta, fue entre 1915 y 1917”.

Tamaulipas, entorno, historia y costumbres. Rivero Torres, José Manuel. Gobierno del Estado de Tamaulipas, México, 2008, 143-145 p.

Artesanías

El estado de Tamaulipas cuenta con importantes comunidades que se especializan en la manufactura de objetos diversos, utilizando distintos materiales como barro, madera, gamuza, fibras vegetales y elementos marinos, entre otros. La artesanía tamaulipeca se nutre de la necesidad e imaginación de quienes dan forma y vida a estos productos los cuales se llegan a adquirir por su calidad y belleza.

Son artesanías elaboradas particularmente en las Sierras del Sudoeste, las siguientes: alfarería, barricas de madera, carretas de madera para yuntas, cestería de caña de otate, silla de madera y de montar, talabartería, corte y confección de la cuera tamaulipeca, productos artesanales con piel delgada y manejable, productos artesanales con baqueta, tejidos de ixtle o lechuguilla, tejidos de maguey, tejidos de ixtle de sotol, tejidos de ixtle de somate, tejidos de rosita y tejidos de tule.

Diagnóstico sociocultural del suroeste (cuarto distrito) de Tamaulipas. González Sotero, Baldomero. CONACULTA, PACMYC, ITCA, Congreso del Estado de Tamaulipas y Gobierno del Estado de Tamaulipas. Ciudad Victoria, Tamaulipas, 2008, p. 32, 73-75.

No hay comentarios:

Publicar un comentario